lunes, 28 de julio de 2025

The Dead Rabbit (Est. 2013) Nueva York



                     The Dead Rabbit (Est.2013) Nueva York   

                                                

Aserrín. El piso todavía. Uno resbala hasta la estrechez. Y el paredón de whisky espanta. Crea esa incertidumbre del esplendor que puede insinuar el cocktail: el laberinto de los mezclados y el hielo, el tiernísimo olor antes de entrar al portal helado o ese amor ante lo inútil. Precaución: el bar se extiende hacia el fondo hacia gente que quiere estar aquí para absorber y no irse antes que el cuerpo exija. Los hombros caídos. La joroba sedienta pierde su moda ante el bar donde una moza se desplaza a su modo. Toda una mujer que domina grupos, de modo que las balanzas del sitio no romanizan ni hacen griegas acupunturas al sitio. Sí. Este es un espacio isleño. Una Irlanda sin costa. Agradable porque tiene un lenguaje propio y promulgador. Dueño de un absurdo toque dentro de una ciudad que quiere cuidarse por haberse declarado ser una manzana de avanzados colores. Esto aquí se atora. Requiere doblegarse ante ese ego que quisiera desistir y, sin embargo, desea que el próximo trago le presente el conejo muerto que ha buscado toda su vida. 

viernes, 25 de julio de 2025

Fraunces Tavern (Est.1762) Nueva York


 


La entrada sin más. Una puerta en Pearl Street. Y al entrar, las mustias dianas de los años. Oscurece el mediodía. Baja el renglón de las caobas y se resbala por los pasillos. Vericuetos. Hasta el bar que se aprieta contra la pared repleta de botellas. El bar: manoseado. Sin lustre. El barman se extiende sobre todos los tubos, botellas y vasos. Primero: la tarjeta de crédito. Y por lo demás, la gente transita turista. La cerveza mediocre fluye mientras la tarde por el ventanal encandila. Uno piensa que aquí los próceres de este país estuvieron presentes durante un tiempo cuando el quehacer de un nación estaba en juego. Y al mirar alrededor, se pierden esos fantasmas, se ligan con otro tiempo donde apareceríamos si no fuera porque en los espejos presentes nos definimos. Ahora las puntas de los líquidos y el rumor de la conversación se adentra en este presente de una nación en peligro. Parece que nadie se entera que este momento nos escucha y hace eco mientras todos, de a poco, desaparecemos. El rumor persiste. Y debajo del umbral de las banquetas los comensales miran alrededor en busca de lo perdido. Nada. Aquí Phil Collins airea una canción Against All Odds. Y nos envuelve, casi, ese reflejo de una nostalgia que no se entiende así misma. Y el bar se anima. Es réplica de lo que la gente quiere que sea. Se abre el boquete, ahora, en este preciso momento, de otras voces olvidadas. 


martes, 4 de febrero de 2025

LOS PINOS

                                Pinos, Cap d' Antibes, Claude Monet y 1888



Los pinos. Derramadas torres

los pinos se aquietan tras la caparazón 

que dejara la granizada de verano.


Negativos espacios. Quedan blancos

en página movediza. Tensos los verdores.

Se suman al cortinaje de sus propias

sombras.


Payan algunos pájaros todavía

al frescor encimado. Otros perchan

e inclinan el cuello. Otros invisibles.

Otros inexistentes.


La cuerda en el corredor. Suelda

su metileno en espera

que alguien cuelgue, selle

el espacio, y agregue al viento

una tuerca.


Mojada la yerba. Miles, filosas, 

quietas, calladas se doblan bajo

el peso de un curioso venteveo.


Se apagan algunas flores. 

Penetran un farol. Entierran

sus colores. A última hora

se han escurrido sin haberse

movido. Invisibles hasta 

mañana. 













martes, 5 de septiembre de 2023

El perro del fondo

  

El perro (1820-23) y Francisco Goya

                                               

                                                           

El perro del fondo ladra

Como un hombre mayor

Es marrón y el cuello blanco

Le cuelga sin nombre

Suena hueco y lapón

El blanco en su cuello


Ahora ladra cuando lo cuidan

Antes en silencio lo abusaban

Cagaba en lo oscuro

Luz cinco minutos al día 

Dormía en lo oscuro

Y el hedor hasta aquí llegaba

 

En estos días paciente

Otro peruano le da cariño

Le abre la puerta por la mañana

Le estaciona una bicicleta contra la pared

Y entre ellos la certidumbre del moral

Paternal al galpón cubre

También a un balde le da sombra

Así la orina del peruano

Fresca se mantiene.


lunes, 25 de enero de 2021

Qué yeyuno la tinta (a C. C.)

 


David y Saúl (1878) y Ernst Josephson



Qué yeyuno  

la tinta 

troca. 

Medio

sustantiva.

Y el resto.

Saúl.

Súplicas.


Predominio.

Tira

su lengua

la gelatina,

el sabor

opuesto,

linea

que 

posee

un relativo

componente

de pasión. 

Por eso,

amar,

como todo

lo que tienta

en su propio

consenso

revuelca, 

repite: aquello

donde no

puede examinar 

y quizá

extingue

lo que guarda.

Lo otro.

Lo que supone

UNO

debe ser

reverencia

se escurre

entre platos

adjetivos,

mientras 

se acude

la puerta

a

responder

quién repulga?


Se sabe 


(que)

a veces 

el alma

leva

sin 

reservas. 

viernes, 30 de octubre de 2020

34 poemas, el último ( a NQ)


 Miguel Hernández

 

Por la siniestra del Hudson, temprana la mañana, emerge la ciudad. Las luces, pequeños apagones, provocan el gris que anunciaron ayer envolvería el día y que no obstante, humana velocidad, se disuelve en los semáforos y, dentro de los autos, algunos rostros, entibados, camino al trabajo despiertan debajo de un aguacero. 


Cabizbajos, otros jalonean el don de los perros. Sombras, según las paredes, evitan el agua. La pulla del viento y el latido humano les recuerda que habrá que recoger la mierda aun de las exasperadas fieras de Miguel Hernández.  


Y, casi noviembre, brillo y humedad, acullá los pocos, insisten saber cómo trasladar pasiones, deber, y dolor a sus propios actos. Y. O. Reducir el curso y ponerlo en marcha, sin condiciones, y palpar el asfalto donde ya se pegan las hojas averrugadas y pulposas, mientras el ruido destapa, y la esfera emana, corona sobre los árboles, otra orilla que se transforma en un día más. 

martes, 27 de octubre de 2020

34 poemas y del veinte y siete al treinta y tres - J. S. Bach y la suite francesa Nro. 5 en Sol Mayor (BMV 816) y András Schiff (a JBC)




Allemande


Como si (La Vida al empezar) empezar presentara -primero- un tacón funcional y, luego, el collar apretara, al caer, una protuberancia a la que se le aplicará el pie una y otra vez. 

 

Courante


No hay que tener valor. Tres colores, dos pasos, varias cabezas porosas, y el canon fabrica el encaje de su velo, y sus dedos, curetaje, la excepción de ese vitiligo por donde la esgrima se escurre. 


Sarabande


A tientas, asta en el ojo, el zumo conversa con la retina en la cóclea: de costa a costa, crujidos entre negras y blancas rocas, se acercan y pisan bonito los tres: El Padre, El Hijo, y El Espíritu Santo.


Gavotte


Queda el teclado hermético y de peral dorado su butaca, sans vueltas, lábil marfil, presionada la peluca (roñas, tiñas, y alopecias) hacia el filo de los Alpes si es que el fin es, al cabo, lento faisandaje agujereado de perle. 


Bourrée


Talón sin fecha. Y a punto de mentir, Gozar y amagar, Amagar y no dar, Dar y reír. Y si se quiere, Cádiz también. 


Loure


A pesar de todas las reverencias, sospecha, huesos desiguales, el cuello de su armadura, y la expresión del asombro. De soslayo: notas inégales los labios del brete. 


Gigue


Sin apuros lo que cae, cae. El pie -anacrusa- ensancha a medida que el terreno se va creyendo el tanteo. Una y otra vez, desliz de los cubiertos, por dentro el agua rechina: La mano de Baldovina separó los tules de la entrada del mosquitero.