En la repetición, el cansancio de las luces y
Manhattan. Me persigue este doblado deseo. Dentro, atrás, al lado, en ello, el
peso y mi inmovilidad. Cuenta expuesta, herida, requiere ir hasta el perchero y
bajar la piel, las cosas a las que entrego- Allí no tan seguro que pueda
distinguir. Eso sí, cuando se repite se borra. Cuando me repito la canción “En
falso” me acaricio el blanco que quedó, el alacrán en el interior del tobillo,
el laurel sobre la vena del brazo derecho, la verruga removida que en su lugar admitió
un pequeño lago resbaloso y todo lo que en él se ahogó, porque en 72 versiones
y brechas me aseguro que no volverán a juntarse mis versiones del amor. Ni las
puchas ni las que herí en secreto y mucho menos con las que tanto daño hice.
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