Apolo y la serpiente Piton (1636-1638) y Cornelis de Vos |
El esfuerzo. La gravedad doquier el hielo es trazo y contraste y meras catacumbas de mundos invisibles Uno pisa en dicho huevo el universo pensando en el equilibrio donde queda el reflejo que abandona las aguas del gateo, la suavidad de los pisos, esa mucosa, cuando latía pared la vida por Uno, y bajaban los bolos alimenticios de aquella caliente tripa Uno insolente mira hacia el agujero de una esquina y ve algo pasar en un carcaj, un estruendo como dos autos que pierden los frenos y chocan en una nalgada, o sea, para no caerse y de allí no pasar por el vino insensato de las levedades aprendidas de Apolo.
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