LA SIESTA, Ramón Martí i Alsina |
Con el codo doblado hacia donde el muslo resobaría el dolor. A las 3 de la tarde un trago de alberca. Aparece un rostro tibio y abnegado entre fiordos y triángulos. Después, el sopor. Y la condenada luz, zumo de campanillas por el moral desenganchado, oh pose gris, debajo de los sobacos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario