Todo cerrado. El
patín del hielo sobre las macedonias. La escarcha- una garza- aparte blanco, desliz,
sin ternura. Y detrás, el agua. El (estanque) por si mismo delatando. Y
crispada en el alféizar, la maceta y su remillón encajado con disimulo, la
curva del boquete aferrada a lo que entra y sale del frio. Y ahora que la luz
se desprende por ese chaleco, el resplandor incompleto somete al moral a ser un
dossier entre lo posible y lo aparente, un coral apresurándose entre estas
cosas.
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