Antonio Ferrera |
Por
correr la mano, azul ha caído el telón en el ruedo. Por llegar, el
toro que nunca afloja distancias. Hay quienes juran, para complicarlo todo, que lleno
el tiempo, como una barriga al reposarse la inercia sobre el doble paso de ambos,
se quedan dormidos, toro y torero, en un infinito instante.
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