Sebastiao Salgado |
Alguna vez
conmigo. Yo. Culpa mía estar conmigo. Saborear La Amarga y La Tentadora y sus
pulsos. Las fisuras expuestas, grosores, el perfume pócima. Y total, sus labios
recostados en mi hombro se sellan en el plagio de mi voz cuando les dice que
por algo las amo, que por ende detienese el mundo cuando sus manos sobre mi lo cercan
en una dirección y allá, cuán lejos esté la (des)ventaja, voy, desiderata, a
penetrar, a corresponder, sin inclinar un milímetro el cuerpo, y sin (susurrarle
a) La Miseria.
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