Autorretrato con brazo torcido sobre la cabeza (1910) Egon Schiele |
Esta delgadez se
traga mangas hechas del barrer, restados, y aromáticos encuentros. Frente a una
trusa el agua es igual a la torpeza con piel, añora y se expande en las colas.
Esta delgadez no deja de ser referencial. Un acústico sobre los huesos
entretenidos. Alguna que otra foto desmontada en el diario. Intermitente. Pero
ajusto, esta delgadez aparece contra el vaso de cerveza. Sobre alguna parte en
la redondez de la mesa dónde desciende el mantel de flores amarillas que puso
Isabel hace mucho tiempo. Y muy cerca, la boca- calle del plato- insiste en su búfalo
atacado por un vaquero a quien su mujer le fue infiel con el vecino. Igual. Son
algunas casualidades esta delgadez y la suma total de algunos hechos más
distantes que yo. Y no por su rabia. Y. O. Nombrar por sus rabias. Uno pierde
esas condiciones cuando tuvo que estar. Entonces aparece en el espejo. Ensamblaje.
Simplemente esta delgadez. Asume la presencia -temporal- de una fina ausencia a
partir de (hoy) Lipitor, lípidos, y a simple vista, más cuerera y fútil, liliputiense.
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