jueves, 4 de mayo de 2017

En el pueblo la lumbre o el pasado peor


Tapia del estudio de Urola (1977) de Isabel Quintanilla

Barrio Vallecas (1981) de Isabel Quintanilla

En el pueblo. La lumbre especifica el timbre de saúcos caídos. A la vuelta, una esfinge por estatua, patria frente a la iglesia, insulta a la pared con la placa donde se firmó un pacto para asegurar que la tierra se podía defender a base de la sangre del mismo Hombre. Y el asunto, en el bar y las fiestas, temió precipitarse por años. Por mucho, mucho tiempo. Hasta que algunos niños llegaron de la lejana Hungría, y los rumanos escandalosos e incondicionales, al borde de la era, cambiaron con noches nuevas a San Blas, y le dieron otro tinte a San Jorge los moros con sus bengalas. Y quién sabe qué aflojó, insospechable, la corriente del riachuelo sobre lo magro, el rastro del meandro (esa soga para horcas) que dejó tras décadas contra el muro de la casa por derrumbarse. Hoy {entre el rumor y el silencio} un aparente pacto, voluminoso, incontenible, acomoda la vida fuera de sus habitantes. Extendido en el tejido de los bolillos se mueve entre los dedos un inviable viento de Cuaresma sin que nadie se atreva a repetir el pasado peor.    

No hay comentarios: