Vereda tropical (1995) y Antonia Eiriz |
Es
que mayo es rencor sobre las sobras detrás de los días, las moscas. Y. El envés,
esquilas en la pared. O. Un aparente superhombre (que) en el patio doma una tabla,
Waterloo a base de agujazos, y clava tallos de amapolas. Es un juego. Aquello: aventura,
delicadez, apretado mundo, juega a ser continencia. Y estuco, aguarrás, verdes,
el eco bajo la higuera -el boom del chubasco cerca los ladrillos- y cada uno,
recogidos los trapos, la cesta a salvo de la humedad, embarga la alucinación del
polvero en las narices del tibio vapor. Porque el agua cae (como es mayo). Corre
de un momento a otro entre los jueves. O. Se inscribe por la vereda tropical.
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