15 de junio y 2011
“The war, therefore, if we judge it by the standards…” (1984) y George Orwell
Esta noche. La luna se ha colado por el tronco del álamo. No es que soñemos. Es un álamo. Al lado, sin hacer media luna, la luna. Comentamos. Lo de un buque de Prusia, las mandíbulas, in excelsis deo. Las pautas dan como rostro alterno a los que hemos amado en silencio. Comentamos. ¿El rostro de nuestra vanidad? Qué golpe. Qué descojonamiento decir cosa igual. Y exclamo, cuando apago la luz del baño, algo de una persuasión interna.
Me cuenta mi amigo, mi madre, Edith, leyó esto. Inexplicable. Con sus tintas y claves. Página tal, subrayada en azul. Le cuento donde nació mi padre. El me cuenta como murió su madre. Ese esqueleto es un breviario sobre el cual uno se excede por el lado de la memoria. Así me brinda una colcha. Me brinda su casa. Me presta unos pantalones viejos para que yo sepa que es dormir. Y. A todo me niego. Le quiero decir que me levanto temprano. Que no soy un hombre de esos le voy a decir. Dos explicaciones más y me entrega una toalla limpia. Me la pongo en el hombro. Me la llevo rostro. Antes que le diga lo que tengo y necesito decirle.
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