Mund (1963) Gerhard Richter |
Si fuera esto amor oxidante, florete y estocada la entrada fausta de una falda negligente y llena de tuétanos. Y sin embargo, el orden. La pendiente y pendenciera exclusión de tetas y caderas enceradas en lo suyo, claveteos, claustros y poros, y sudores que huelo mastín sobre esta sopa de huesos que me sirve la camarera. Así es. Fauces. En frente los ordenados utensilios del sustento, contados currículos que disciplinarán las tripas. Pero, qué habré de masticar con la hipocondría que me rema. Para mi desconsuelo de nada sirve que ella, la camarera, lleve bordado el nombre de Isabel donde debería estar una aureola.
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