jueves, 15 de mayo de 2014

Fonema

Patio toledano


Amerita en variantes. El fonema
se confunde en el error. Para los tímidos,
el segundo plano lo cose, silvas, pelotas,
vuelve a discurrir y levanta la cabeza,
como polvo al aire, y se viene esta diapositiva,
alfiz y perpendicular sin ningún distinguido arrastre.
Ya lo inculcaba El Greco. Más derecho que protagonista.
Más propio que cobrado. Algo un tanto cómodo
y a lo contrario. Mal parado con los puños en terciarios
y la justa turbación de salmodias en palisandro
cuando resbalan las veintes y el culo del vaso
hasta el cupido, y sin perder gesto- menso, isla, cueco.
Mucho más. Suplente y herbazal, gaguera,
en un asunto (que) regresa cuando se ampara
el mundo tras los patios toledanos. La lluvia.
El recogimiento. Ese roer de un momento
al que las tejas se sujetan ante el resplandor
de una canica rota por Dios.  

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