Entre lo ígneo y lo perentorio
una gallina se detiene, levanta la cabeza, mira hacia donde el sol pudo haber
salido, y con un gesto indolente levanta la pata y allí, por varios segundos,
suspendido el mundo, espera antes de soltar la cuarta cagada del día.
64
Jabón! Jabón! Y al meterse en una
burbuja le ataca aquel terror: que explote el arcoíris que sujeta la fácula.
65
Al final de dos caminos tuvo
la sensación de haberse equivocado. Y se volvió. Y al regresar tuvo la tentación
de volver. Y regresó. Y al volver, le detuvo el final que pudo haberse revelado
al darle la espalda la primera vez.
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