Juliette Gréco |
Arrastre y encono. El aire, un súbito negro, jalonea las manos que, al bajar, intentan hasta la cintura esa trama dibujar. Y. Los brazos respiran mientras los dedos se rehacen por sus puntas para colgarse desde afuera, hacia el cuello, y para allí arrebatar. Y. Desde los cóndilos hasta las piernas, desde el revés hasta el cabello, cóncavo estado sexual, por la angulada cadera forcejea esa voz, quiebros de marías cargadas por el invisible burro que maldice a la belleza.
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