Hilma af Klint |
¿Qué cala en vez de darme aviso que a flor de viento me exige erguirme, posar (aledaño) esta parte negada por el limón de los arimeces embarrados por noviembre, y clavar justo este ojo en la huida del retrovisor que se ajusta según marcha -ese incidir de claves en las muertes- si retrocede por última vez?
No hay comentarios:
Publicar un comentario