Bacanal con Sileno, (h. 1475) grabado de Andrea Mantegna |
Está de timbales. Aunque me dé serrote, y acuda a camareras y restaurantes, la maraña entretiene dulzura, y yo con melcochas nunca he jodido. Ya la sal desde el principio de verbos y molasas, y levaduras por índices de juego a estos tiempos para echarles poca paciencia, me queda su llavero al cuello y profundo en garguero sin nostalgia ni un carajo, y los carteles de las tiendas, los eyaculadores, Mantegna y Velázquez, la puya y su sucesión de chirridos al viento por donde paso y no hay peso. Esta gordura sin sentidos se traspasa de una vidriera a otra y el carril de un agujero va hasta el túnel de la calle escondrijo veces fez veces fe veces fecal. Guardián o asistencia médica, allí, parado, parezco no sé qué.
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