#
De una forma a otra la luz fría. Si hubiese un ojo más inteligente me vería la piel verde, y el resto pujando para borrase en el instante.
#
Desde el toldo, un fúgido le decía, con un gesto fadista, a la hermosura de la mujer del sastre, que un vestido suelto es para echarle saudade.
#
Gomas. Le decía parra a veces para borrar en el líquido blanquecino que es la mierda de la rapiña. Embelesar, aquí o allá, sobre el rastro de este evanescente papel donde escribo.
#
Se iba como una salazón. La mano se le iba. Por las calles deambulando en otra historia. Desde adentro, sin poder detener quien no era.
#
Sí. Perdió la uña que alimentó dos meses. Se le cayó como una fruta. Me ofreció aquella madurez con su propio peso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario