Jose Dávila |
De suavidades y
opérculos. Dicho bulto -rubia o trigueña- una sordera. Señalero, tres o cuatro
sus diagramas, es flor la piel. El despeño, [a, b[ intervalo semicerrado de los pies.
Imanes sus dientes por cepillar. El pelo revuelto. Por sus axilas cruzo la
mirada, la luz molesta, al traqueteo de estos aires mientras la espuma se hace
fruta en lo alto del moral. Yo que sueño poco Sueño un pupitre, una tortura de
nueve horas conjugando el mismo verbo sobre el mismo cuerpo, entre las mismas
costillas, dentro de la misma tripa que espita, rodea, elabora e infla don la materia, y que, en primera instancia, es su acción caricias por donde soplará
en su vidrio otro- un dios más torpe- para detonar el deseo que tendrá el
hombre por esta mujer que aquí dormita- ella- inconsciente que alguien la conserva
desde muy cerca.
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