Suma (1982) y Cy Twombly |
Tenía.
La gárgara expuesta y el rumor del moral debajo del único amor que persiste. Tenía
de hecho La Constancia. Duermo día y noche y nadie a mi lado se imagina que ser
una línea en una página de tanta mierda de historia y versos es una especie de
sapo tranquilo que sobre la roca sabe cuándo saltar a su vacío. Y hubo un
estruendo. Apareció un poema en el charco. Firmaba un índice de alguien, un
rubor cibernético. Como tocarle el fallo a Isabel de espaldas cuando hace huevos
hervidos, y, ella, se gira de repente asombrada. Y aquello, en un solo verso guardián,
mono vocablo, asustado por encima de su pretensión, se me ocurrió era lo que
siempre he huido. Pero, el rumor se fue. Y tuve que salir a la tienda a buscar
2 botellas de verdejo. Y la importancia de lograr la salsa para el capón me fue
embragando lo que imaginaba. Y cuando llegué aquí, no había casi nada.
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