jueves, 29 de agosto de 2019

34 poemas, el dieciseis

Calle 42 y 5ta Avenida, Nueva York (1898)


Estrangulado. Cada puntada aprieta esta gramatical manutención. Como abrir un melón fresco en agosto. La entereza de ese perplejo rojo traducido  trepa en el eco de las savias y, al presentarse, nadie entiende. Sin embargo. El pataleo. El atoramiento. El coagular de alguna sílaba percibe los sofocos del Tiempo. O. Intenta, mínima partícula de un viejo oxígeno, aproximarse, dar por lo menos un indicio antes de aflorar sobre la lengua -teatro de esta irrecusable repetición- y que, a modo de mutismo, resiste, se interpreta debajo de las sisas de los vestidos que portan las muchachas al cruzar la 5ta Avenida y la calle 42.

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