Giove e Io (1531) Antonio Correggio |
Disuelto. Las hendiduras. El
aroma de los herbazales acumula el triturar, el fondo de un filtro (aguas) vengándose
en la mole. Le apunto la distancia a Ione.
Le murmuro que, de aquí al
próximo Tiempo, La Vida tendrá la memoria de su estirado cuello en esas franjas
que caen hacia el horizonte, tres partes violetas.
Aderezo con sel gris y le
pongo su sitio, espanto tábanos y moscones, mientras afilo los cuchillos.
Me le acerco. No es la
proximidad el evento de la ternura, las grasas al disolverse en el fuego? Y ante el fuego por
ella lloro. Lloro al consumir su delicada carne.
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