Circúndenle
dolores. Dictantes e inhalados. De una nacela cuelgan, horma (clavícula), con sus portapliegos, las
palabras. El resto es pauta, Parálisis. Receta en el tintero del huidizo,
color de la India, el negro. Y del azul minoico,
pernicioso, de los pellejos, {a} espacios degenerados, que le canta a mares y
naufragios en losetas. O. Y. Un gran vacío. Descarnador. Aparece en el blanco.
Tóxica lenidad en los polos de las librerías y las lecturas tediosas de los poetas. Chatarras de tanta imagen de mierda. Y a un lado, posición fatal, consciente
de que otro dolor acecha y retorcerá sus gandingas para exprimir su bagazo,
aprieta el sieso, tal tubo de pasta dental, mastica el sainete, y traga.
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