martes, 5 de febrero de 2013

La vejez es una mierda



Balleneros vascos, Ambriose Pare (Francia, 1573)


Qué gozo ni qué despingue, ni cuales dignas dobladuras, la vejez es una mierda. Mancuerna la templanza, y qué. Sin pensarlo me iría pronto de vulvas, en recta hasta ahogarme en los bares de Orio- corrientes y profundadas- o en New Bedford, por no decir profusos labios y cabelleras e ingles, y glándulas, lábiles en mi jarra. No me digan que la ternura, esto y aquello. Ved la piel en su fondo de saín cuajado, la mano de caravaggios y richters y aprendices que pasaran por el taller de la historia de esa pintura irreparable, rigor sin más talud que la huesera que dobla el cogote ante el tablero: rey y reina fornicando en el infinito, alfil al reto, pose tan marica, velando al ano y su rosa de los vientos. Ojo. Pase a bordo el abismo en la mirada vacua de una ballena franca glacial, y la pregunta- Y tú, ¿qué haces aquí?

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