1
La suma. No es la
sombra que minimiza las chancletas expuestas de las mujeres en el verano. Entre
los aleros y el sol la línea padece una raza deportiva, inclinaciones hacia un desdén
dentro de la placa que se levanta entre los transeúntes, entre las ranuras de
esa brisa que eleva a las bolsas plásticas.
2
Las voces,
concéntricas glándulas, van segregando ese aceite, una orilla entre las cosas
que apenas se mueven. La fortaleza del murmullo. Una igualdad sin confluencias.
En los rostros penetra el filo del tránsito.
3
Se puede mover
la táctica con su piel en {a} los intervalos degenerados. La táctica de
levantarse sin nada. Sin preguntar. Sin estar. Tomar una esquina y después su
isósceles y allí volver a doblar hasta la tienda donde un maniquí mira
fijamente la llanta de un auto.
4
4
Frente a la
biblioteca de Nueva York. En el segundo piso del Hotel Andaz un grupo de
hombres y mujeres se mueven detrás de las ventanas. Van y vienen en orden sobre
las mesas, entre las sillas, corren a veces luminosos como en un film de
zombies. Detrás de las ventanas. Desde la escalinata de la biblioteca se
excluye arriba, y arriba una línea. [a, b) un intervalo semiabierto se diluye tan
pronto se mueve el tránsito y los turistas sacan fotos.
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