domingo, 29 de junio de 2014

Vacacionales (II) o La línea padece una raza deportiva

Biblioteca Publica de Nueva York


1
La suma. No es la sombra que minimiza las chancletas expuestas de las mujeres en el verano. Entre los aleros y el sol la línea padece una raza deportiva, inclinaciones hacia un desdén dentro de la placa que se levanta entre los transeúntes, entre las ranuras de esa brisa que eleva a las bolsas plásticas.

2
Las voces, concéntricas glándulas, van segregando ese aceite, una orilla entre las cosas que apenas se mueven. La fortaleza del murmullo. Una igualdad sin confluencias. En los rostros penetra el filo del tránsito.

3
Se puede mover la táctica con su piel en {a} los intervalos degenerados. La táctica de levantarse sin nada. Sin preguntar. Sin estar. Tomar una esquina y después su isósceles y allí volver a doblar hasta la tienda donde un maniquí mira fijamente la llanta de un auto.

4

Frente a la biblioteca de Nueva York. En el segundo piso del Hotel Andaz un grupo de hombres y mujeres se mueven detrás de las ventanas. Van y vienen en orden sobre las mesas, entre las sillas, corren a veces luminosos como en un film de zombies. Detrás de las ventanas. Desde la escalinata de la biblioteca se excluye arriba, y arriba una línea. [a, b) un intervalo semiabierto se diluye tan pronto se mueve el tránsito y los turistas sacan fotos.

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