Fats Domino |
Qué hay entre estas fechas de las
gorduras que ensaya lo cuerdo o las cuerdas de algún humano sufragio (desde) la
misma muerte. Esta semana murió Fats Domino. Toda su redondez abracada sobre un piano
me ha perseguido con un bombillo hecho trizas, cayendo eterno, y desde niño, el
saber que no es lo mismo cortarse con un vidrio que con un bombillo, o y tener
zapatos que puedan deslizarse al modo de un trineo desde Blueberry Hill hasta
una dieta banal. Inconsciente, como todo lo que cae, otro gordo hace uso y presencia
sobre La Nagasaki de mi semana. “Fat Boy”, gula luminosa, el rostro de La
Madonna besa en la Catedral Urakami. Ahora que la he encontrado -Modigliani penetrado-
sobre el peso de otros agujeros, y la gravedad bucea más gordura, creo voy a deslizarme
por la barra de la romana fuera del campo gravitatorio del fin de semana.
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