Me queda la molestia donde el ojo
se abre y sus dromones están por cortar la niebla y aparecer como arañas en
busca del perfecto escotoma.
39
¿Lo indivisible pasará o traspasará por
estos remos. O. Esta dulzura al caer el día con su arrimo al labio superior del
momento en los mosaicos?
40
Y como no puedo más: quisiera
entrar por los agujeros más amplios. Tu boca. Y. Tus poros y tu pelo y tus
dientes y tu blusa. Y. Tus arrugas. Y empezar a conocer el lóbulo del que cuelga el arete que te regaló tu marido, Sharon.
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