Al encanto o por
virtud, torcidas (las) varas en agnus y ofidios sus tibieces. Pulidas
barajas en el muslo donde una vez durmieron los hijos de Eva. Un remolino y dos
gotas -limón- al hígado forzado, rojos puntuales y delicia. Parece (imagina)
que bajar de las termas aquellas, aguas
sin azufre, ahora, alas, tripas, descienden por las escaleras de un secreto a
quien solo en una cinta de tres doblajes llega a atar (conjurar) al espejo de
la vida.
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