Collage, Bob Scott (2012) |
Lo digo porque
alguna vez fue abundante. Como una sustancia suspendida sobre el peso grávido
de un martillo. La mirada un cruce antes de bajar el golpe, antes de la sordera
y el destrozo, y ahí, en una inesperada raya, la dama tendida surge, aquella visión de los tulipanes recién brotados en marzo, rojos, amarillos, atrevidos y
oscilantes, evadiendo la realidad del contrastante verde. Ese verde encima y
sin agobio. Pero que detrás tiene la rotación, la velocidad toda de la tierra
en la cintura, gruesa, del ecuador. Y si excede, uno resta. Baja la mirada. No
dice nada. Se espera, mientras desea, acariciándole la piel como a una nuez.
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