miércoles, 24 de septiembre de 2014

El ombligo de su gato






Fue tocando tetas hasta el ombligo de su gato. El resto tuvo dos partes para el olvido. Uno más uno hacia la portañuela de la mar. Y casi al despertar, por el Ganges, bajaban cuerpos envueltos en telas. A la fosa, gorda, palangana, a mitad llena, micción clara, la antepenúltima gota desde el confín de la noche, y si descendía(n), a pesar de la gravedad, iba entre palabras in vitro -en irreversible letargo trepaba un chipojo la pared- tocando totos hasta el ombligo de su gato.

No hay comentarios: