Luis de Gongora, Picasso (1948)
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Si alguna vez así
millón Quevedo millar Andrés de Uztarroz la sierpe -yugulares y la tensa sístole
de juglar. Perdón a quien asoma. Igual que todos los pixeles, gritados con su
rima, hormona de zapatos y gran juanete en torno al principio pregón, me
acerco con la vela en la mano a ese verso sobre la pantalla en gris. Oh, zumos.
Por las barbas de Satán, que allí su simetría de ambulante tigre mis uñas
recorte ahora que husmeo- dos Y. O. tres- las iniquidades de estos hijoeputas
poetas a fin que acusados naveguen, mismísimos naos, al otro modo del mapa
inmundi de Tuculo, Góngora.
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