17 de febrero y 2011
Una amiga me escribe agua de gardenia. Que flota toda una tarde. Hay, inmiscuido en ello, una bañadera de estaño. Su cansancio parecido a la eternidad. Que en dos semanas, si la paciencia se lo permite, dormirá una mañana y tendrá frente a ella una bandeja con dos huevos fritos. Pan con ajo y aceite de oliva. A un lado. Debajo de la almohada, los poemas de Gastón Baquero.
(BlackBerry): querida: Agua de gardenia. Agua para juncos. De esas aguas alguna vez bebí. Anoche soñé que me ahogaba. Me levanté con tinnitus. La paciencia de un ratón me despertó. Roía el borde de la tapa del recipiente de plástico donde tengo mi mozzarella con aceite de oliva. Los ratones continúan entrando y saliendo del diario intermitente ¿Por qué me gusta Baquero?
Aprieto el huevito del BlackBerry.
No hay comentarios:
Publicar un comentario