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Regurgito. Y en la sangre
Los mismos paisajes que me han acompañado
En esta veloz película hasta el pueblo de Melnik.
En el tren: una sensación parecida a un pelícano cansado
Como cae tu cuello: también un hueco permanente
Que llevo en un candado: un hueco sin palabras:
Escondido.
Paso por Melnik entrelazado por tus dedos.
Aferrada a mí duermes por la velocidad.
Aferradas en mí esas casas que se borran
En un instante.
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