martes, 31 de octubre de 2017

Fats Domino y la gula luminosa

Fats Domino


Qué hay entre estas fechas de las gorduras que ensaya lo cuerdo o las cuerdas de algún humano sufragio (desde) la misma muerte. Esta semana murió Fats Domino. Toda su redondez abracada sobre un piano me ha perseguido con un bombillo hecho trizas, cayendo eterno, y desde niño, el saber que no es lo mismo cortarse con un vidrio que con un bombillo, o y tener zapatos que puedan deslizarse al modo de un trineo desde Blueberry Hill hasta una dieta banal. Inconsciente, como todo lo que cae, otro gordo hace uso y presencia sobre La Nagasaki de mi semana. “Fat Boy”, gula luminosa, el rostro de La Madonna besa en la Catedral Urakami. Ahora que la he encontrado -Modigliani penetrado- sobre el peso de otros agujeros, y la gravedad bucea más gordura, creo voy a deslizarme por la barra de la romana fuera del campo gravitatorio del fin de semana.     

viernes, 27 de octubre de 2017

ESPONTÁNEAS (17, 18, 19)


Virgen Maria, Catedral Urakami, Nagasaki


17
El cuerpo de La María (Doble) tiene una cerca de espirales y anemias. La cadera condenada a las cuencas de sus zarzos. Y una madeja para lo triste desde una trenza hasta la cadera cayéndole al vacío.

18
¿Merecería, suavidad, sumergir en mentirosos ámbares esos labios? ¿Regresaría con la misma insistencia de los frijoles (hervidos) y por donde es, fin de una vida, la vida de otro que hasta el cielo en el beso trepa?

19

Y entrar en esto. Donde hay que acercarse a las papas en la fuente de lo cocido. A la única emoción nombrada por el hambre como un sello de garantía para la libertad de expresión. 

miércoles, 25 de octubre de 2017

Qué busca este viento

La carretera de Abraham Lacalle

Qué busca este viento requemado. 24 de octubre. De sur a norte las hierbas, las fraguas. Dobladas. Las mieles, los naranjas bailando en los cedros. Las agujas totales en los pinos, fundas de aires, desorientadas. 

martes, 24 de octubre de 2017

ESPONTÁNEAS (14, 15, 16)

Luis Felipe Noé, Estructura para un paisaje, 1982


14
Agrias las espaldas de mis más deseadas mujeres. Vapor cuando al purgar en mis dedos el lenguaje se atiene -piel pura, lunar, estribor.

15
El pie de una mujer sobre una piedra. Enclenque, expuestos los cuerpos, éxito al rimarse, espero el otro pie.

16

Despierta en la zozobra de la abeja un roto final y afeitado. Me alejo y confiado le cedo la tendencia al desliz para que no sobre cuando llegue al panal.  

viernes, 20 de octubre de 2017

ESPONTÁNEAS (12, 13)

Nacimiento de Venus (1486) y Sandro Botticelli

12
Caminar hasta aquí es rodar por la misma sombra donde quedo con esta mutilada certidumbre y puedo todavía preguntarme cuando llegue qué me gustaría beber en dos minutos.

13

En la distancia se acerca en el sueño un punto azul. En el punto hay un hilo que en espiral desmadeja a una ostra incrustada en los cabellos de Venus. Detrás de Venus aparece un uruguayo. Que sin dudar le agarra las tetas por detrás. 

lunes, 16 de octubre de 2017

De las cosas de este mundo (A Richard Wilbur)


Richard Wilbur

De las cosas de este mundo varios trozos puse sobre la lengua sometida en el manubrio de la puerta. De las cosas que sobran al abrir miré atrás antes que el fondo de La Casa hiciera un giro al Verbo escribir, un tanto, como un mundo que supe librar el día que leí a Richard Wilbur. De las pocas cosas aprendidas, sobre ellas tengo una aguja que aparece en varios poemas, y entre esos residuos una hebra (larga me ha quedado) y desde donde un par de veces he zurcido la lejana China con dedal.  

viernes, 13 de octubre de 2017

ESPONTÁNEAS (10, 11)


Dichosos quién como Ulises I (1977) y Eduardo Arroyo

10
Distingo entre la sierra y el pescado el rojo que, incidencia, se prueba una peluca y, al voltearse, muestra sus ojos nevados. Me detengo porque aquí nadie entiende esta lengua. Y. O. El estado del cumplir al callarse.

11

Difícil todo aquello al verme en esto. Apuesto con la otra moneda, sin metal, a los aciertos. Y. El espectro de mi abuelo aparece sacándole filo a un machete un mediodía, debajo de un jazmín en flor/ sin flor todavía. 

miércoles, 11 de octubre de 2017

ESPONTÁNEAS (7, 8, 9)

Abstraktes Bild (1995) y Gerhard Richter

7
Ávidas las rectas del amor. Tránsitos e inyecciones. Al parecer, un velo de flor mantiene intacto el reverso, la cara terminada de una moneda sin circular. 

8
¿Y tú? ¿Yo? Al atajo. A mi cuchilla como si la ciudad tuviera que abreviar el contenido y el brillo de una botella plástica.

9

Voy al baño y descargo aguas de un cuerpo sumergido. Y de inmediato, sobre la espalda el dolor, rostros que me abandonan. Y cuando abro los ojos, la puerta cruje, algara, verde, cosmética. 

lunes, 9 de octubre de 2017

ESPONTÁNEAS (4, 5, 6)

Moscas (2003) y Fredrick Amat


4
Cauchos y sin fuego son los amarillos, besos de aquí y allá. Un detrás sin modificaciones en el sabor de una boca embarrada de tomate.

5
A menos que del altar a la página las moscas atiendan sus azucaradas patas, nadie pondrá sobre la mesa los curtidos codos.

6
¿Y cuántas son las estrellas con que el doble se pone el triple encuentro de un chaleco sin botones?

viernes, 6 de octubre de 2017

ESPONTÁNEAS (1, 2, 3)


Sherezade y El Sultan Shahriar (1880) y Ferdinand Keller

1
En el principio protistas y zonas, y el rumbo donde El Verbo se exhibía sin memoria.  A pesar de la invasión de sus silencios La Ruptura tuvo que ocurrirle a alguien, por algo, por pura tontería.

2
Le cerró la puerta. Y detrás del golpe se hizo la ilusión de la nieve en descenso. Le agradó que era un ala, o, dos alas. Y. O. Una pluma exenta cayendo a La Tierra.

3

Sobre la retama de los tintoreros la abeja se detiene y caga. El colibrí, sin embargo, otra cosa aparenta. Sube y baja cada vez que la señora con la tijera poda, y suenan y suenan los recortes en el sueño de Sherezade.

jueves, 5 de octubre de 2017

La Espera

Echo and Narcissus (1903) y John William Waterhouse

Te aseguro que el rotor del cuello, desde esta mañana, apunta desde de un muelle sin tintas, como si un pato se viera en el charco de Narciso. Aparenta decir Sí.  O. Un contrapeso. Un Basso mayor que doblega sobre una de esas casualidades que un guaguancó arroja. 

También te puedo asegurar que no iré a ver a Padura. Y. Que desde el límite de sus acusantes lecturas sajonas hay una contabilidad socorrida por un uniforme en La Palabra. No le entro. No hay puerta que me haga pernoctar en esa alcoba. Sin embargo, el chillido de una gaviota, detrás del patio, sobre el techo de la escuela, me trajo esta mañana la proa del Saint Louis bramando al zafarse de la bahía.

Casi estoy seguro que iré al bar. Busco ostras. Llego a estos días recogiendo filos al amague de esos cuerpos tonificados. Sigo entre la conexión y el desvío, opuesto a la arena y al trato con lo sacro.


Y por ello, La Espera.  Sin ir más allá, estimulo el intentar contra el intento. Sobornarme un tanto cuando quiero sorprenderme. Incluirme para excluir en esos calibres esta conversación. 

miércoles, 4 de octubre de 2017

El desvío en las almejas (Oyster Bar, Grand Central Station)

New Yorker Magazine


a)
El desvío en las almejas se contrae bajo el limón. Por el bar, el ruido de los vasos rechina desde que han puesto a tocar una guitarra (tartamuda) por los parlantes. Es más, acaba de chirriar el tren (4) rumbo al Parque Central, y en la cartera de una mujer se acaba de encaramar otra mujer, explícito momento en el que espero a otra mujer, a la que después que llegue le diré como he pensado mutilar el desvío.

n)
Y queda una línea establecida, el cuello de algunas almejas al borde del filo, los zumos de un abismo incoloro en cada gesto que se levanta sobre las pérdidas, este sitio, la voz de gente que llega. Sobre una selecta bitácora procuro, contrario a toda teoría, esperar que algo suceda.

l)
Horqueteada la gente pasa. Desde esta banqueta se lanzan en dos, piernas, estrechuras, las ondas, los pasos, el rumbo que va hacia el gran salón de Grand Central Station, eco, dobladillos cuando la gente se roza.

s)
Aparece la frescura. El cítrico de la mar tal fricción o creo ha entrado un relativo aire cuando han vuelto a abrir una puerta. Y dentro, el ruido. Sin romper los brillos de la carne, una almeja levita sobre una copa de albariño. 
  
4)

Dando sánsaras la única mosca en el bar a medio vuelo se detiene. Un escotoma por la luz hasta el meollo, escribo, ahí, milagroso, esconde parte de mi existencia. ¿Qué le diré a la mujer cuando entre? ¿Invertidos los lunares de su vestido me gotearán? ¿Sabré doblar mi voz en esta íntima película?  

lunes, 2 de octubre de 2017

El puente sobre El Ulla


El Ulla

Lo tuve. Propio, coseno sin sobras, un tipo de gesto karate hasta el mínimo gesto cónyuge. Me puse, pie, antes de elevar lecturas, el momento que requiere saber vivir, el de habitar por las hojas de ese sufragio a la vuelta de octubre. Y. A veces, he querido regresar sobre las pisadas que dejara en alguna conversación con Isabel. El dobladillo de una saya saliendo de las gavetas de El Camino. O. El puente sobre El Ulla, finísima lluvia -flotante- aromada por los ajíes de Padrón, la alegría que desarraiga: porque el tiempo barajado en la data no vale la pena vivirlo. Y hubo un momento, creo, pude haber sostenido un verso, y si hubiera tenido otro lápiz lo hubiera vuelto a dibujar sobre aquel arco por donde también cruzaron Teodosio y Atanasio.