martes, 29 de noviembre de 2016

Vendetta de plátanos


Eliseo Diego foto de Ramon Grandal


Salgo de un restaurante italiano. Y lo que me persigue es una vendetta de plátanos fritos.  Y como dijera Eliseo Diego “Las mamparas cerradas a la sombra”,  dos extremos de una cuerda a la que, ante el cielo, le falta finura.

lunes, 28 de noviembre de 2016

No es esto estirar borrego

Agnus Dei de Francisco de Zurbaran

No es esto estirar borrego y mierda en laxo papel hasta las narices y respingos?  Nada, qué va! Me las traigo. Debajo de esta bota, sicote y Lotrimin, una salsa develo desde que entre bardos he puesto el paso en pie de guerra contra el dulce piar, quejas en nombre patrio, en contra de aquellos inmamables que pasaron primeros y postreros al fotingo de la historia en caso de una patada. Me niego. Porque a veces ser joven encasta el ser un viejo de cagadas echadas a perder. Porque algunas y primerizas -algunas- fueron para hacerse y llegar a algo que pudiera ser después de pujarlo hasta más no cagar. Y. O.  Haber sido un centelleo de mimética lírica.  Y pues. A los remilgos un culo. Al cubo que algo en ello caiga. En su volquetera a la trituradora, por el momento, oceánica, de los poemas que jamás serán leídos. 

martes, 15 de noviembre de 2016

El piensa y yo


4096 Farben (1974) y Gerhard Richter

El piensa y yo también. Le dicen pensador. Cacho de yeso, hipérbole, marrón, duplicado, hijo de mujer. Yo creo, antes que se dispare el aire acondicionado, que debería adjudicar un bicho de carácter común y de cabeza energética- lleno de percepción meteré ilógica- de polos infusos y queme- y que nos lleve a ambos a la salud donde. El día es por sino providente –por ciento de un músculo olvidado.

sábado, 12 de noviembre de 2016

En la tarde de un súbito reino


Lanzarote 28 de Miquel Barceló

En la tarde de un súbito reino. Facón lubricante de carne su lunar dominio. Junto a él, sien, argollas, duda, sus miembros debajo de la piel de la esclava, le ofrece abrir los ojos. Hija de dorados. Estrecha palabras, y sin quejas, menciona su nombre, y él, ve su sombra sainada en la de ella. Una fruta arribando por los deseos. Hija de un arraigante árbol de gente de hirsutas verrugas y cuerpos listos. Y aquella tarde ella piensa lo necesario. Lo imperativo que tiene que ser olvidar algunos cuerpos si nos traen la vida. 

viernes, 11 de noviembre de 2016

Esperma el gris de los bloques


Home grown food (2012) y Julie Blackmon

En el fondo del patio. Después del viento de anoche. La pared ha llenado de esperma el gris de los bloques. Las ardillas, hace unos minutos, han removido el alpiste que le puse a los gorriones y han dejado un reguero para que la vecina venga a barrer en su bata de casa sin mangas y de gordos redondeles debajo de las costillas -cada vez más rellenas de suflé- y dé escobazos como si estuviese rabiosa y sospechara que alguien está por borrar su elección y la pone a trabajar después de un día tan largo.