sábado, 12 de noviembre de 2016

En la tarde de un súbito reino


Lanzarote 28 de Miquel Barceló

En la tarde de un súbito reino. Facón lubricante de carne su lunar dominio. Junto a él, sien, argollas, duda, sus miembros debajo de la piel de la esclava, le ofrece abrir los ojos. Hija de dorados. Estrecha palabras, y sin quejas, menciona su nombre, y él, ve su sombra sainada en la de ella. Una fruta arribando por los deseos. Hija de un arraigante árbol de gente de hirsutas verrugas y cuerpos listos. Y aquella tarde ella piensa lo necesario. Lo imperativo que tiene que ser olvidar algunos cuerpos si nos traen la vida. 

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