miércoles, 26 de abril de 2017

Primavera ( )

Yellow, Blue, and Orange (1955) Rothko


Gírate y escucha a los muchachos jugar baloncesto, le intento decir a Isabel. Que las luces de la policía en el barrio giran sin remedio. Me intriga saber si Escuchas el zumbido que acaba de ligarse con la queja, el pito del tren de Secaucus o, lo otro, desde la fábrica de tejidos en Paterson donde las ripias parecen incansables guerreras, esa batalla mientras aparece un arabesco en el telar. Isabel, estoy a punto de gritarle, y sobre el polen del pulmón aderezo, No hueles las tramas y los aceites industriales? Y sin pedírselo repite nombres, poliésteres, colores que regresan a este edificio después de viajar por ese mundo de máculas y flotantes, en latín la flora del patio. Y cuando calla se acerca a la ventana y mira hacia el fondo. Y yo casi, una vez más, a punto de decirle Es abril y deleitémonos, Las ardillas están por atacar a cada brote del moral, El hambre que esconde este ruido de lo insoportable doblegará su anécdota. 

lunes, 24 de abril de 2017

Rua da Misericórdia, Lisboa (1, 3)



Rua da Misericórdia, Lisboa (1970) foto de Joao H. Goulart
1
Aguazol. Y opuestos, los mostazas. Ingeridos arcos y portones. Algo en sí descarrilado en las paredes. La funda al llamear con la humedad del tranvía que acaba de pasar (lejos) por un tomo de sonambulismo. Todo chorrea, al fin y sin fin en el blanco de las plazas, medio espejo bajo el taconeo de los peatones. El tutear forma de llave y carril. La forma un café detenido ante puras cortesías. Y cómo no suponerlo, los arcos de las casas están por caer, piel, o, en el justo instante cuando las sardinas podrían salvarse.

3
Irrumpe lo siniestro. Entre sillas, pocillos, y meandros, se esparcen los tonos de esperas. Irradian por dentro las ceras de algunos hechos, heces, un estado que empuja a pronunciar en Lisboa la caída del sol. Se sabe que es un manierismo. Una receta para punzadas. Se sabe de sus cantos y sus lápidas, encuadrados ventanales. Y embarga, al aparecer por una curva una mujer, cualquier mujer, y se retrae el lumbago de los edificios, bajo un disfraz de esperanza por Rua da Misericordia el transcurrir.

jueves, 20 de abril de 2017

Marranas 52


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Se ejecuta DESDE el Cuál, y gatea por uno de los muelles DE Weehawken. Mientras la mujer, la cica, el cuerpo, me sirgan el poema bajo denominación de origen. 

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Cocha y bamba y emes de tropos y rústicas epiqueyas de algún poema. Me sumo como indicio. Sostengo, si es que me permiten ser ápodo.

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Jaque. Y jotas, duermen, son, dos mujeres al pil pil. Hartas requieren que sea galgo ante la castiza lengua y la poesía.

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Bula. Y no es zaleo. Ni vulva. Antes de que el chivo supla algo más que carnes de burro verso.

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Y hacer un ademán cotudo. Y al menos expiar el Cuándo. Este, peregrino, ha dejado de entender la garla de verso mayor.

martes, 18 de abril de 2017

Miércoles, cenizas



Miércoles, cenizas. Y el jueves, verte. O. Alzar el viernes en el Gallo Negro que levanta una pata sospechoso y estira el cuello entre un vino y un queso, y no puede cantarle al mundo. Ya sabes. El almanaque entre nosotros años va, envés de la piel que tiene esta paciencia más tuya que mía. Mas tuya, la semana, se ha ido tras la otra que ha entrado. Y asumo que es un método La Ausencia. Y como anoche apuntaba: una materia anónima: igual al témpano de las historias que radica en la condición de pequeñas trascendencias.