Portrait Liz Kertelger (1966) y Gerhard Richter |
Glauco yo y esmerado en tientos, retocado
frote de bollerías, las harinas casi imposibles blancos, en guayabas
torcidas, tocino del blanco a la quemadura. En efecto confiero, respiro por la
cabuya, trompo roncador, porfiado en tu diestra que espanta las moscas de mi
espalda y del mantel- donde flores
amarillas derrama, plásticas, contra el linóleo y hacia la vergüenza bajo las
uñas de mis pies. Cuando por fin te llevo a la boca falta un trozo, un poco de
esa novedad. Pero. Ya te has bajado la bombacha.