sábado, 23 de abril de 2016

Biografía de un poeta de poca importancia

Retrato de Miguel de Cervantes Saavedra y Juan de Jáuregui y Aguilar (1583-1645)


Era tarde o y no. Pero significativo es que fue un poeta de poca importancia. Se entregó, pasada mitad su vida, al poema sin saber que la vejez es mala espesura para versos. Y sin templarse templaba. Ala, aire libre, el revés de los jardines, las bibliotecas públicas. Y cuando entraba en ellas, el insoportable olor a queso humano, nauseas y diarreas en él luchaban por expedir la primera línea. Después. Vinieron talleres y dos lecturas y o cuatros amigos etílicos los cansancios. Y más tarde, en el tumulto, leyó mal un par de libros ejemplares. Y si eran buenos o no los poetas, de nada le valió cuando quiso imitarlos. O. Cuando la palabra le fluía, porque algo muy algo, dentro de aquello, se le reflejaba en el espejo de lo suyo. Tan igual pero tan imposible. Y cuando al fin. Por obra de otros entregose en metátesis a la tentación de lo público, le invadió, sin euforias, la catacúmbica y umbilical ausencia sobre el torrente maceado, el verbo. Podía, por fin, al lado donde estuviera su tumba, callar, colgar aquellas cuerdas escritas. Sintió, aproximación a la total indiferencia, alivio.

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