Lo que me irrita no es el trago del
tentador esperanto que traduce fuente por pena o el delicado período que convierte
una ensenada en redondel postizo. Lo que me irrita es la muerte en la cerveza
hecha delicia y su efímera energía al pasar entre las tripas. Y debajo de la
mesa o debajo de la banqueta esta tarde que pudo haberse subido en otro animal
en vez de ignorar las semejanzas de mi irritada línea pectinata.
jueves, 30 de noviembre de 2017
martes, 28 de noviembre de 2017
ESPONTÁNEAS (38, 39, 40)
Me queda la molestia donde el ojo
se abre y sus dromones están por cortar la niebla y aparecer como arañas en
busca del perfecto escotoma.
39
¿Lo indivisible pasará o traspasará por
estos remos. O. Esta dulzura al caer el día con su arrimo al labio superior del
momento en los mosaicos?
40
Y como no puedo más: quisiera
entrar por los agujeros más amplios. Tu boca. Y. Tus poros y tu pelo y tus
dientes y tu blusa. Y. Tus arrugas. Y empezar a conocer el lóbulo del que cuelga el arete que te regaló tu marido, Sharon.
martes, 21 de noviembre de 2017
ESPONTÁNEAS (35, 36, 37)
Me excedo. Acomodar los riñones o
acomodar las riñas y acariciarme lentamente las orejas. Y entender los redondeles
de las lagunas con su sexualidad iluminada.
36
Los restos del paisaje, estado de flacura, defienden el contorno del árbol, el deshoje. Indigesto, apático, este incesante cincel sobre la piedra.
Los restos del paisaje, estado de flacura, defienden el contorno del árbol, el deshoje. Indigesto, apático, este incesante cincel sobre la piedra.
37
En forma de parodia me crece el
cabello. Me paso la lengua por los dientes y por el mal trecho de la
hipálage -ahí- llana y burlona.
lunes, 20 de noviembre de 2017
ESPONTÁNEAS (33, 34)
33
Brooklyn! Brooklyn! En la pizzería
me estremece la duda, el eco informal que afuera espera sobre el dominio del tránsito.
Ajusto esta dirección que en la sangre tiene cuatro parchos como los que
incendiaba madre a la hora de la ira y antes de llamar mi nombre. Cuando el pie
afuera pongo es el aire un olor inexplicable, ese rumbo. Una cerca de púas la
lengua a punto de ser reclamo entre la masa, el orégano, y el tomate.
34
Le hago una señal a las averías
del júbilo. Antes de apoyar el segundo codo me desplazan los líquidos de la
belleza. El recóndito manifiesto de aquellos estratos del alambique goteando
(eco) en una bañadera (fieltro) donde madre me pasa una esponja por la espalda se escapa.
jueves, 16 de noviembre de 2017
ESPONTÁNEAS (30, 31, 32)
30
Alrededor de la cola, canela (tóxica)
arrimándose detiene –respirado- el palidecer de la tarde. Atraviesa la zorra
contrariada el viento de noviembre.
31
Me repito: si levantas la nuca no
mires por la ventana. Aquí el corredor de los hechos seguirá con sus vertebras
doblando el ventanal de La Casa. ¿Quién desaparece cada vez que aquí te
sientas?
32
Si encuentras el
filo de la falda ante el peligro que pusiste, ponte a pensar en el desespero al
hacerle frente a los espejos del amor. No vaya a ser que víctima de la ilusión
te sonría Narciso.
martes, 14 de noviembre de 2017
ESPONTÁNEAS (27, 28, 29)
27
Vengo. Y esta amargura lamenta no
poder contestarle al intento. De espalda a la vidriera, y debajo de un foco,
cae el polvero universal, corona disuelta. Bebo y no pienso. Espero sobre las
avenas que el ruido de los camiones apague el del corazón.
28
Que la próxima vez que compre
un jabón no tenga burbujas. O. Mejor. Que no resbale. O. Y. Que por dentro
tenga realidad suficiente para alegrar a un arroz con leche.
29
Cuando me ataca la imagen del
venado amarrado con un arnés, se desarticulan algunos números que me sirven de referencia (direcciones, teléfonos, cumpleaños, cantidades por
distancias, páginas, los etcéteras, algunos grados de independencia). Y temo
que, aun si me zafara, y los números se recalcularan y restructuraran, tendría
que recurrir a las pautas del arca del castellano. Y estoy seguro que en dicha
arca el venado nunca hubiera querido entrar.
miércoles, 8 de noviembre de 2017
ESPONTÁNEAS (25, 26)
25
Decelerado quiero dudar que La Profundidad de este líquido es depresión contra la piel. Luego, cuando se posa la mosca nerviosa en el borde del vaso, mi vida es ese instante incapaz de sintonizar el momento.
26
Tan pronto quedo al borde de lo
dulce acude a mi asolación el aljibe, los ruidos de Cupido, el bajón del
barro, su hacienda formada de talles, ese rostro llamándome por mi nombre inclinado.
martes, 7 de noviembre de 2017
ESPONTÁNEAS (22, 23, 24)
22
Aquí no doy más. Me redobla sobre
la formica, verde, esteta de oceánicas pestes la vesícula. Me da para oír el
desierto, carpas, en un órgano sin tráfico.
23
A veces cuando pienso en los
mangos me da la impresión que es como fumar hasta la muerte, morir de un
bombazo en Paris y ni siquiera ser sincero en un pico a la redonda.
24
Y. Te huelo. A la par de una flor
construida tus hojas de savia, fragas tupidas de esos labios por lavar, y el
miembro desalojado (de cualquier buró del mundo) que al estampido de un par de
petardos cae muerto. Y al caer, cede un tallo de alcanfor.
jueves, 2 de noviembre de 2017
ESPONTÁNEAS (20, 21)
20
Cuando vuelan y ruedan las hojas. Me pertenece la persecución que traigo. Un tren tras otro. Y el humo con que el
chirrido absorbe el total de las distancias. Hasta que, porfiada aritmética, me
veo salir de dónde vengo.
21
Creo que estoy en lo oscuro en el
mismo centro del páncreas. Y lo único que suena es una galleta que se me rompe
en las manos. E insisto como hicieran los israelitas: creo en el maná, pero no en
los milagros.
21
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