martes, 7 de noviembre de 2017

ESPONTÁNEAS (22, 23, 24)

Chlorosis de Sebastia Janyent


22
Aquí no doy más. Me redobla sobre la formica, verde, esteta de oceánicas pestes la vesícula. Me da para oír el desierto, carpas, en un órgano sin tráfico.

23
A veces cuando pienso en los mangos me da la impresión que es como fumar hasta la muerte, morir de un bombazo en Paris y ni siquiera ser sincero en un pico a la redonda.

24

Y. Te huelo. A la par de una flor construida tus hojas de savia, fragas tupidas de esos labios por lavar, y el miembro desalojado (de cualquier buró del mundo) que al estampido de un par de petardos cae muerto. Y al caer, cede un tallo de alcanfor. 

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