viernes, 14 de febrero de 2014

Asunción de poema (quebrado)




1
La nieve. Descolgada, pupusas. O . Y. Gardenias.  El doblaje- aceres- nuestro rastro unánime, paralelas contundencias, al garguero y los dioses. Qué nos queda. Duplicidad. Antojos. Se echa este ajiaco, a la postre, pulcritud, y uno cree que es tan blanca como aquello dónde se creía ser esto por aquel carbón de la gramática condenada al silencio. Por favor.

2
Protistas. A) No tan rápidas como la acetona. B) Revolotean las golondrinas a ras de la catedral. C) Los dientes picados en formas de lo que quieres que muerdan. D) Aplanadora. E) Punguistas, las muy putas. F) Devaluación de una lista de pre-seres preparada para denominar la estirpe. G) Y su océano.

H)
Como el yodo. Columpio al escepticismo. Una estrategia determinando que este mundo, repetido, vulcaniza el espectáculo, para no volver. Imita los cancioneros. Una latitud del flaqueo arde en la paráfrasis del exterminio. Después. Y halla una solución mas allá. De la explosión. Del gusano blanco antes de desenrollarse en las costas.

4
Uno, almágana en tensión, jarra vertida, pone su sufragio. Un remendón, pululos y lastimero, hace tres quiebros, como Messi, y nadie vuelve a pensar en el dolor; pues, otrora, más que ubre es vaca para llenar las tensiones y espitar el cubo de leche fresca y pasterizada. En caso que se quiera llevar democráticamente.

5

Y es, en teoría, repito, una pista. Participio. Delirio. A la par del descuartizo- unas cervezas frías- el rumor en las lagunas saladas de California del Sur, los pelicanos blancos.  ¿Calcificaciones en el estado libre de la belleza. Alguna vez dónde se confirmaran las aguas desgarre? Y. O. Enmienda la historia de Lot. Allí Corot. En el estado paranoico de este poema. Cuota el silencio. Y para el bien de todos.

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