jueves, 12 de marzo de 2015

El deseoso (Menú del día)


Dudo un instante si la psoriasis regresa en mis groserías, milanesas en la corbata carmín que se levanta en los chipojos a la hora de la siesta. Trasto sobre la cama me doy de espaldas contra las ollas, allí desnudo, de un sueño más amplio que los elefantes que corren en la sabana del edredón. Sumergido. Bálsamo. Entra por las ranuras de las ventanas el redondo pueblo del moral del patio. Acústicas y cuerdas en sus ramas. Sobre todo, se han metido los círculos de la primera mosca anticipando la primavera. Y a parar va, sin disimulo, donde la piel se revienta entre pruritos, podrida en un número de diminutas hostias. Se frota allí las delanteras. Dos periplos y a la pared. Hasta que abre la puerta Isabel. Y al desnudo verme sobre los elefantes en estampida, levemente se encarama en uno de ellos, y en suave mordida en la oreja (derecha) me porfía el menú de hoy: Tío Pepe, ensalada de berro y milanesa. 

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