miércoles, 28 de mayo de 2014

Trece maneras de vivir con un moral (a Wallace Stevens)


Wallace Stevens

1
la dejadez pincha (con) su trama
a cada gajo del moral mordido
por las ardillas en el invierno.

2
se suma el entrever. Una pelota
rueda en el patio con los niños.
Y los descubro entre las pocas hojas.

3
sobre el techo del galpón el moral,
las sombras, y sobra el movimiento.
Presiento un intestino formándose.

4
esta tarde llego a consentir, chorros
por el tejado vecino, una lluvia donde
intensifico el verde del moral.

5
fucsias porque entre las nubes no hay
ninguna que detenga a los brotes
en su primera curiosidad.

6
a fuerza de calor, arrugadas pieles,
las roscas de las moles presencian
el salto inquieto de los gorriones.

7
para acechar boca abajo mi vida
cada mora ha crecido en un nervio.
El frescor de las sombras por el colon.

8
esta noche huelo las cosas como son y
penetro el ruido que desde el moral
detiene a la comadreja sobre una rama.

9
si aquí alguna vez fallo sin dirigirme
a lo que crece en el pimpollo,
agoniza en el moral una mora.

10
esta mañana cae, tras la dulzura de la brisa,
una mora verde. No hace ningún gesto el moral.
Quedo esperando que algo más suceda.

11
los grillos han regresado. La humedad
reparte su condolencia por el patio, sobre
el techo, por dentro de las tambaleantes moras.

12
grávido, el moral se extiende sobre la cerca
del patio donde los niños patean una pelota
que oigo rebotar contra la pared de la escuela.

13
piso las moras. Debajo del moral queda
aquello con la forma parcial de mis pies.

Arranco varias y me las como.

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