lunes, 29 de diciembre de 2014

El deseoso (Sepsis)



Virus de Marburg

Masivamente yo. El desganche y su bofeña. Masivamente yo. Algarabía. Y La Tediosa chinga en el moral del patio. Al lado, apretando su mancuerda, dos jalones, antes de lanzarse al abismo esto que veo por la ventana. Y. Yo. En sepsis, quiero decir, de repente cuando esta luz sin declarar incapacidad, catarsis, antes de mirar al espeso cuerpo, despegan estos apellidos (w.w.w) con que traigo mis tendencias. Me obligan. Se me amplifica la vía, los virus capaces de habitar el verbo. Desde Marburg y su puré de papa a las aguas del Hanta. Desde el subjuntivo del novísimo roer en Lassa a las garrapatas de Crimea, la luminosidad me envuelve. Hemorragias. Conjuntivitis. Deslumbres, fiebres y temblores en una saya de membranas y mucosas. Masivamente yo. Creo entender, y todavía no son ni las 12 de este lunes, por dónde viene este día inclinándose al sábado y el domingo en el patio. Ya pienso en el boleto de ese tramp steamer para los 40 días en el océano de estas/mis gandingas.

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