jueves, 19 de enero de 2012

Un ganso en una isla remota



19 de enero del 2012
Collares espumosos. La tarde ensarta cervezas. El líquido que sujeta a la tarde separa al viento, al color subterráneo del azul cuando se balancea en el oeste, a la gasolinera con letras rojas, al ramaje inquietado por los 50 kms por hora de una fuerza omnipresente y su convite, al cartel en la ventana de Andys’ Corner Bar que hacia adentro dice CLOSED, y a Sherbine, al lado de la ventana, metido en su ordenador en un poema de la franela.
Cuando me lo lee, salpica con el brazo algo tan lejano a él que no sé si pensar en un niño bautista o en un futuro asesino en serie. Un cazador. O. Y. Ese tipo soltero que tiene el don de alejarse de lo sentimental como un domingo de pavos salvajes. En algún sitio del poema me lo recuerda. Que meter las manos en el bolsillo es una espera para acariciar el gatillo de la escopeta. Después me pone el poema enfrente. Enumera, entre comas y versos, una serie de condiciones para comprar esa camisa de cuadros amplios y donde aparece, bajo luz fría y piso de cemento, un establecimiento que ofrece botas con puntas de acero. Y luego, para rematar, en forma de pregunta, regresa al material de la franela, a la mano de obra, a lo táctil, a la imprescindible capacidad de resistir el chisporroteo de una fogata.
(Sherbine) Blue Point Toxic Sludge. (Yo) Goose Island IPA. La tarde ensartada. ¿Paco Rabanne? No sabe quién es. Después quiere entender lo del festín de El Jardín del Edén. Le sobresaltan los desfiles donde los cuerpos son una mera percha ante las posibilidades y la transformación. Casi acongojado, la voz grave, Sherbine explica cuán tóxico es el utilitarismo de la franela. Y se le tuerce la risa con el vaso en la zurda. Las cortezas de Rabanne no son vestiduras, sino el anhelo de añadirle al cuerpo. Le vuelve a reinventar una exterioridad intercambiable, divertida y natural, y que por necesidad, parte vía lo telúrico. Sherbine eructa. No es una cuestión futurista ni mucho menos. Le digo. Es borrachera de los titanes. Valor estático. No hay más. Me mira como si hubiera descubierto algo en mi oreja derecha. ¿Cómo un ganso en una isla remota? Sí, como un ganso en una isla remota.

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