jueves, 31 de enero de 2013

Llueve



Ganesha



A la vuelta disimulo Riscal, Marqués, con pesto y pasta roja o enrojecida por un tal turinense según febrero está por arribar con este chubasco de abril en enero y miro, sin embargo, por poco peso, en tinto mis calzones, algo colgados o recogidos bultos mis dos guebos, y nada más pensarlo en pose de Ganesha salen estos amagues paquidermos, el zurriago hasta la ventana con su gotera, allá, al ruido de autos que pasan con sus zumbidos de amor, mientras el agua es rodicio en vivo (lento) en cada sorbo que le doy a la copa, y estas tripas se hinchan con el cierto placer de convertir la cánula leche en la espita, ahí, ya con mate camionero cebando. 

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