miércoles, 19 de noviembre de 2014

Cuando dije CHINGAR por vez primera


Kitagawa Utamaro

Cuando dije CHINGAR por vez primera algo se movió sobre la mesa de casa. Puede que entrar no lo haya visto hasta que cayó. Y. O. Cayera. Del jarrón donde el agua enfriaba una única y gordísima gota para un mosaico del comedor. No supe bien si fue un viento hecho de polvo grueso que nace igual que una mujer frotada en una lámpara o si mi madre olvidó correr algo, un vestido, los hilares, apagar las luces, para que no hubiera chance alguno cuando en infinitivo y en alto tenor saliera aquello, redondo y  sonoro, por los aires del más profundo deseo. Después. La ruina (misma) de no saber quién pudo haber tenido la culpa. Busqué en el pequeño Larousse el aturdido subjuntivo de roer.

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