jueves, 7 de mayo de 2015

El deseoso (Escuchando a W. H. Auden)


W. H. Auden


Escuchando a W. H. Auden hoy trocar su amor con la mole de los verbos, me puse a buscar una mano reciente en el teclado de mi piel sitiada. Lo mismo de siempre abrevia cuando se quiere bajar un Martini ya caliente. Impera lo que fue por lo que hubo y se inventa el cortaúñas, los anillos que allí reposan en cada dedo, y un momento se extiende en un segundo intento. Dudé si la palabra amor tenía que ser la esencia, el gesto a mi encuentro. Si era yo quien debía transformarse en otra cosa de mayor y sensible calcio. Y debí haber tomado nota cuánto el poeta Auden ingería en el oxígeno de su cuarteado rostro. Pues, tantas veces, y otras por descuido, no hago otra cosa que ignorar detalles al mirarme. Y concluyo -si es que en ello encuentro refugio- Prefiero el palpar a retomarme el rostro y engrasarlo. Y. A. Eliminar el prurito que dejara la rosácea y supurante roncha de una ka.

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