martes, 12 de mayo de 2015

El deseoso (Las mujeres corren tras el hombre que serían)


Mudderellas


Las mujeres corren tras el hombre que serían. Un grupo va por allá, cercano a una valla de púas. Se arrastran como una mujer se arrastraría, sin la ansiedad de un hombre condenado a matar a otro. Y vuelven a correr hasta entrar en un fanguero. Una y una, dos, tres resbalan en el fango como si de un útero cayeran sin destino. Una con otra, sin querer, se confunden con el hombre que les toca. Y cuando irreconocibles se abrazan al llegar a una imaginada meta, ven que delante está el molde de otra mujer más veloz, más completa. Y detrás van en persecución hasta subir una pared donde les espera una soga. Allí trepan y cuelgan, por fin, al viento lo que queda. Secan la carne y caen desesperadamente ya hombres al tocar esta tierra. Y, al mirar atrás la pared, cada uno habrá cumplido el placer de sentir a su mujer caer, igual que piedras desprendidas, desde la tranquilidad de una gran montaña.

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